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lunes, diciembre 12, 2005

¿Cuáles son las casas que más tardan en venderse?

Afirma José María Olmo en El Mundo que la ralentización del mercado inmobiliario en Madrid capital también está afectando a la venta de viviendas de segunda mano. Algunos segmentos del mercado de vivienda usada necesitan cada vez más días para encontrar nuevo propietario. Las casas más caras y las que ofrecen menos prestaciones son por diferentes motivos las tipos de hogares que más dificultades están encontrando, según los expertos e intermediarios consultados.

En el caso de los inmuebles del segmento alto de precios, la menor demanda de vivienda que ya comienza a notarse está permitiendo a los potenciales compradores ser más exigentes con las características de las casas. «Las viviendas que están situadas junto a vías rápidas o grandes avenidas, como la M-30, están tardando más en venderse, en especial, las que superan la barrera de los 300.000 euros y están en edificaciones con 30 o 35 años de antigüedad, que no están bien aisladas acústicamente. La gente quiere una casa para estar tranquila, no para estar oyendo ruidos», explica Félix Pompey, asesor de comunicación de Tecnocasa. La nueva situación del mercado concede a los compradores más días y oportunidades para tomar una decisión.

Dentro del segmento más exclusivo, la venta de pisos de gran tamaño o de unifamiliares también acusa la nueva situación. «Los pisos de más de 200 metros cuadrados, cuando no están en fincas muy representativas, tardan más en venderse. Los unifamiliares de más de dos millones de euros tampoco tienen buena salida, porque los compradores que están dispuestos a gastarse ese dinero. Ahora prefieren hacer algo nuevo y a su gusto, con menor coste», explica Pompey.

Los problemas de tipo familiar son otra de las cuestiones que prolongan el período de comercialización de una vivienda. Aunque no son casos muy frecuentes, «los divorcios o las separaciones, donde los cónyuges ni siquiera se ponen de acuerdo, o las herencias, donde no queda claro quién es el propietario, impiden muchas veces que se materialice la venta», apunta Juan Carlos Gabilondo, director regional de Alfa Inmobiliaria.

Interiores

Otras de las viviendas perjudicadas por la ralentización del sector están siendo las casas con peores prestaciones. Desde Best House apuntan que tienen algunas viviendas en venta desde hace más de seis meses porque las habitaciones y la cocina no tienen ventana o porque, aunque están completamente reformadas, la finca se encuentra en muy mal estado. Los bajos o los pisos sin ascensor, como apuntan desde Look & Find, tienen los mismos problemas para venderse.

«Los pisos interiores, la plantas bajas o los que tiene menor luminosidad requieren más tiempo, sobre todo cuando el propietario lo valora como si fuera un segundo o un tercer piso exterior», señala Gabilondo. En estos casos, «o se negocia el precio o se espera unos meses a que suba el del mercado», concluye Gabilondo.

Peores zonas

Las viviendas ubicadas en «zonas deprimidas, focos marginales, con pobreza, prostitución...», apuntan desde Tecnocasa, también necesitan más tiempo que antes para firmar la venta. «En estos casos, además de costar bastante vender la casa, el propietario acaba aceptando una rebaja en el precio de salida de hasta el 20%».

De hecho, en casi todos estos casos, también en las viviendas más caras, el propietario tiene que rebajar finalmente el precio si quiere vender la vivienda. Desde Vivienda 2 apuntan que tienen pisos en cartera con más de 10 meses en venta, en los exclusivos distritos de Arturo Soria, Arganzuela y Chamberí. Si no se venden es por «el precio, porque todo es vendible siempre y cuando éste se ajuste en el mercado. Si los propietarios no aceptan, la casa no se vende», explican en Vivienda 2.

Sobrevaloración

Best House tiene un caso similar: un piso de 140 metros cuadrados en una céntrica calle de Madrid que está tasado en 780.000 euros pero que el propietario quiere vender por más de 960.000 euros. Por si fuera poco, la vivienda necesita una inversión en reformas de al menos 180.000 euros. «Lo normal es que la tasación sea entre un 5% y un 10% superior al precio, pero en este caso es al revés. Además, la casa está completamente destrozada por dentro. Si el dueño no baja el precio no se va a vender ni ahora ni nunca», opina Didier Dupont, administrador de Best House.

Para acelerar el proceso, los propietarios ajustan el coste a los niveles que marca el mercado en sus zonas, explican los intermediarios. Pero si los dueños no tienen prisa, el precio de partida suele estar intencionadamente por encima de lo razonable.

«Es muy fácil que se ponga un precio entre un 10% y un 15% más caro. Incluso hay quien valora su casa por encima de viviendas de nueva construcción que están cerca de su casa», indica Gabilondo. La urgencia para vender la casa permite casi siempre adelantar el cambio de titular. En la situación actual del mercado, los propietarios de este tipo de viviendas se ven prácticamente forzados a negociar.

Fuente: Periodismo Digital






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